Esa noche, la sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid recibió a cientos de seguidores de este irreverente personaje. Entre esos cientos me encontraba yo, acompañado de mis amigas Paloma y Laura, que ante mi insistencia decidieron acudir a la charla denominada "Jaime Bayly y sus 11.000 noches vírgenes"
Sin gran preámbulo y con una espontaneidad poco común en una figura pública de su talla, Jaime llegó puntual a la cita con su tradicional traje obscuro, sus gafas y el corte de cabello con flequillo que recuerda levemente una estética ochentera. Habló, con la brutal honestidad que lo caracteriza, de temas tan controversiales como su bisexualidad, su problema de disfunción erectil y de su relación con su actual novio y su ex esposa.
A lo largo de su intervención los asistentes pudimos constatar que Jaime -autor de libros como No se lo digas a nadie, La mujer de mi hermano y La noche es vírgen- es un hombre mucho menos superficial de lo que sus obras podrían sugerir. La situación política y económica de su natal Perú generó duras críticas al gobierno, que fueron presentadas con la misma ironía y el crudo sarcasmo que utiliza en sus libros. Su rechazo a los dogmas del Opus Dei, en cuyos preceptos fue formado, y su "escandalosa" vida, han ocasionado un profundo distanciamiento familiar del que habla sin gran pudor.
Con ciertas reservas, escuchamos las propuestas que servirían de soporte para la supuesta campaña a la presidencia de su país que lanzaría durante el siguiente período electoral. Al escuchar sus reflexiones, se hizo evidente el profundo conocimiento que tiene de la historia política de Latino América y su genuino desprecio a regímenes como los de Hugo Chavez y Fidel Castro.
Concluida su intervención, se dió paso a un espacio de preguntas y respuestas. Los asistentes, en su mayoría peruanos deseosos de conocer a una de las celebridades más internacionales de su país, expresaron apoyo a su plataforma política, cuestionaron sus opiniones y agradecieron por el impacto que la coherencia manifestada a través de sus palabras y sus actos ha tenido en sus vidas.
Las preguntas se sucedieron unas a otras y la amenidad de sus respuestas hizo que quienes lo escuchabamos no nos diéramos cuenta del correr del tiempo. Desafortunadamente, los organizadores del evento decidieron que era momento de concluir y anunciaron que solamente respondería a unas pocas preguntas más. Inseguro de levantar la mano para solicitar el micrófono y ante la insistencia de mis amigas, me llegó el turno de hacer la última pregunta de la noche. La conversación que sostuvimos fue más o menos así:
-Hola Jaime, buenas noches. Mi nombre es Pedro y soy de México- dije escuchando mi voz distorsionada por el equipo de sonido
-México es muy lindo. ¿De qué parte de México eres?
-De Yucatán.
-No conozco esa zona.
-Estás invitado a venir cuando quieras.
-Muchas gracias- dijo sonriendo
-He tenido la oportunidad de leer varios libros tuyos y, casualmente, hace poco vi una entrevista que le hiciste en tu programa a una actriz mexicana
-¿De qué actriz me hablas?- preguntó con interés
-De Ana de la Reguera
-Claro. Ana de la Reguera es una actriz muy guapa y una mujer muy inteligente.
-Después de esas experiencias y de escucharte ahora hablando de tu bisexualidad, de tu problema de disfunción erectil y de tu relación con tu familia, tengo la impresión de que hay muy pocos temas de los cuales Jaime Bayly no hablaría. ¿Es esto cierto?
-Si entiendo bien, me estás preguntando si es que todavía me queda algo de vergüenza- afirmó divertido.
-Bueno, si así lo quieres tomar, sí- respondí, mientras los asistentes reían.
-Pues si esa es la pregunta, tengo que decir que en efecto, aún me queda algo de vergüenza.
-Muchas gracias Jaime.
Inmediatamente después, agradeció la asistencia al público e invitó a los que quisieran a acercarse a que firmara algún autógrafo. A pesar de no haber llevado ninguno de sus libros para que me firmara, decidí que no podía dejar pasar la oportunidad de llevarme algún recuerdo de esa noche, por lo que me uní a la multitud para pedirle que me firmara el programa del evento. Mientras nos empujabamos unos a otros para llegar a él, las luces del recinto comenzaron a apagarse y cuando finalmente estuve junto a la mesa, me miró y me dijo:
-Pedro, me hiciste la mejor pregunta de la noche- mientras escribía en mi programa
Como en una nube, me alejé de la multitud al mismo tiempo que algunos testigos de lo que me dijo me felicitaban y expresaban su acuerdo. Laura y Paloma no se quedaron atrás y compartieron su emoción conmigo mientras nos caminabamos a la estación Sol para tomar el metro que nos llevaría a nuestras casas.
A lo largo de la vida, tendremos breves y pequeños momentos de gloria como el que me tocó vivir esa noche. No todos los días, alguien reconocido por ser un excelente entrevistador, te dice que le has hecho la mejor pregunta de la noche. No todas las noches, se está en Madrid en compañía de excelentes amigas compartiendo sueños y metas. Aún cuando ni siquiera tengo la certeza de algún día convertirme en el profesional de la comunicación que me gustaría ser, esa noche quedará guardada en mi memoria como una de las mejores experiencias que tocó vivir durante el año que estudié en España y esta firma es el testigo más fiel de ello. ¡Gracias Paloma, Laura y Jaime!