La actitud, el accesorio que los hombres elegantes nunca deben olvidar .
La elegancia no es el resultado de elecciones fortuitas. Si analizamos con detenimiento las excentricidades de Johnny Depp, el clasicismo de Tom Ford, la versatilidad de David Beckham y la agudeza de Mark Ronson, podemos identificar un hilo conductor que revela sus principios subyacentes.
Las decisiones, numerosas y diversas, pasan por los largos, los ajustes y las combinaciones. Así pues, un hombre que opta por un corte de cabello cuidadosamente desaliñado, un par de Gomminos rojos de Tod’s, un Rolex Daytona Cosmograph o un traje de Ermenegildo Zegna hecho a la medida en lana merino, comunica un mensaje único que se vuelve una afirmación tácita de su personalidad.
La elegancia no es el resultado de elecciones fortuitas. Si analizamos con detenimiento las excentricidades de Johnny Depp, el clasicismo de Tom Ford, la versatilidad de David Beckham y la agudeza de Mark Ronson, podemos identificar un hilo conductor que revela sus principios subyacentes.
Las decisiones, numerosas y diversas, pasan por los largos, los ajustes y las combinaciones. Así pues, un hombre que opta por un corte de cabello cuidadosamente desaliñado, un par de Gomminos rojos de Tod’s, un Rolex Daytona Cosmograph o un traje de Ermenegildo Zegna hecho a la medida en lana merino, comunica un mensaje único que se vuelve una afirmación tácita de su personalidad.
Y si, como aseguran los expertos, el lenguaje no verbal comunica entre un 60 y un 90 por ciento de los mensajes que emitimos, solamente nos resta procurar que nuestras palabras y actitudes reflejen con exactitud lo que nuestras chaquetas y nuestros gestos expresan de nosotros